Francisco José Silva González

 Alumno de Historia del Arte. Curso 2006/2007 Mitología Clásica

 

El mito de Hipómenes y Atalanta

Se trata de un relato de ordalía, que es una variante del tema mítico de prueba de valor; trata de una prueba en la que el héroe debe superar una serie de peligros para obtener la mano de una bella dama, generalmente de alta alcurnia.

Existen dos Atalantas[1], una arcadia y otra beocia, pero la tradición las suele unir en una misma.

Las fuentes mitográficas confunden a ambas mezclando los rasgos de cada una; así en Hesíodo, Diodoro, Ovidio, Pausanias, entre otros, Atalanta es hija de Esqueneo, y en otros, como Eurípides, Atalanta es de arcadia.

La Atalanta arcadia es la aguerrida guerrera cazadora que participó, junto a otros héroes como Meleagro, en la cacería del jabalí que asolaba las tierras de Caledonia.

La  de Beocia posee como rasgos distintivos su vocación de virginal y su calidad de invencible corredora.

Voy a comentar su vida de forma mezclada porque es así como los mitólogos la han comentado y como nos ha llegado.

Es hija de Esqueneo, rey de Esciros, ésta fue abandonada, cuando era pequeña, a su suerte, en el monte Partenio de Eliano, por su padre porque él quería varones.

Allí la amamantó una osa hasta que fue recogida por unos cazadores que la criaron.

Cuando llega a su edad adulta decide mantener su virginidad pura y se dedicó, como su patrona Ártemis, a cazar por los bosques.

En una ocasión dos feroces centauros, Hileo y Reco, la perseguían por el bosque para violarla, pero Atalanta, gracias a su pericia, a su velocidad y a su entrenamiento diario por los bosques logró matarlos con sus flechas.

A continuación tomó parte en la cacería del jabalí de Calidón, en donde ayudó a matar a la bestia hiriéndola con una flecha certera detrás de la oreja y dejándola a merced del cuchillo de Meleagro, quien le rebanó el cuello y, por lo tanto, se convirtió en el poseedor de la pieza.

El héroe le entregó a la joven los despojos del animal por el sentimiento profundo de amor que profesaba por ella y esto le sirvió a Meleagro para ganarse el odio de sus tíos pues ellos, tras rechazar el héroe la pieza, reclamaban el trofeo para sí por ser los parientes más cercanos a éste.

Tras este hecho participo en los juegos fúnebres en honor de Pelias, en donde venció a Peleo en una lucha cuerpo a cuerpo o en una carrera, y después regresó a la casa paterna.

Su decisión de permanecer virgen se puede deber a dos hechos; el primero, su fidelidad a la diosa Artemis; el segundo, un oráculo le había vaticinado que si se casaba se transformaría en un animal; por estas razones había anunciado que su marido, su padre le había obligado a casarse, sería aquel que le venciera en una carrera pedestre, a sabiendas de que era imbatible en esa competición, pero si ella era vencedora a su adversario le esperaba la muerte.

Muchos habían perecido ya cuando Hipómenes[2], hijo de Megareo (en otras versiones era Melanión, hijo de Anfidamantes y, por lo tanto, primo hermano de Atalanta porque en esa versión aparece ésta como hija de Yaso), protegido por Venus, se presentó para tomar parte en esta difícil carrera. La diosa le había entregado tres manzanas de oro procedentes del jardín de las Hespérides y le había instruido sobre el uso que debía hacer de las mismas (ésta fruta tiene una simbología oculta, ya se vio en la disputa entre las diosas Hera, Afrodita y Atenea por la manzana de la discordia, el fruto simbolizaba la juventud y la renovación y perpetuo frescor, símbolo de la tierra, de los deseos terrenales y símbolo del amor entre las personas (la mayor muestra de afecto); en la mitología nórdica era un fruto regenerador y rejuvenecedor que lo comían los dioses para permanecer eternamente jóvenes hasta el Ragnarök o fin del ciclo cósmico actual; para el cristianismo era un símbolo del pecado, el mal, la involución del espíritu dejándose guiar por los placeres carnales impuros)[3].

Dícese que Atalanta empezaba la carrera dejando algo de ventaja al oponente y luego le perseguía con la lanza en alto que la arrojaba en cuanto lo alcanzaba. Hipómenes se lanza primero en la pugna y deja caer las tres manzanas manteniendo una cierta distancia entre ellas. Atalanta se inclina por curiosidad para recoger tan preciado obsequio (y, quizás también, por interés por el joven) y ello le supuso perder tiempo en su labor y que Hipómenes aprovechase y consiguiese una gran ventaja sobre su oponente convirtiéndose en el ganador de la liza y, por tanto, obtuvo su premio, casarse con Atalanta (la cual perdió así su preciado tesoro de la pureza virginal).

La derrota acabó en boda, aunque no con un final feliz ya que ambos fueron transformados en fieras; unos dicen que por haber profanado el templo de Ceres[4], otros porque no agradecieron a Venus su ayuda, y la diosa hizo que, cuando los jóvenes iban paseando por el bosque y pasaban frente a un santuario de Cibeles, Hipómenes sintiera la necesidad de saciar su sed de amor en una capillita del templo, lo que enfureció mucho a Zeus y los castigó[5] (convirtiéndose en los leones que tiran del carro de la diosa Cibeles).

En la antigüedad se pensaba que los leones para reproducirse tenían que copular con leopardos y no entre ellos, este hecho sería un castigo deseado por la diosa, no sólo transformarlos en animales sino también que no puedan unirse nunca más en castigo por su ofensa.

 

La obra que presento es del pintor barroco italiano Guido Reni (1575-1642), discípulo de los Carraci y, durante su estancia en Roma se ve influenciado por Caravaggio.

Elige el momento en el que Atalanta se agacha (intencionadamente) a recoger las manzanas de oro, mientras que Hipómenes cruza la meta victorioso.

Los personajes tienen unas formas muy clasicistas, típicas de los Carraci, pero en el fondo se aprecian largas diagonales que denotan la influencia de los caravaggistas. Los gestos y la postura de cada uno de los personajes se oponen simétricamente, Atalanta aparece agachada, el otro en pie, la una con las piernas flexionadas, el otro con las piernas estiradas... También en el movimiento del cuerpo se ve que están manera contraria, Atalanta se vuelve sobre sí misma e Hipómenes avanza con un impulso imparable, habiendo lanzado las manzanas con el brazo extendido, como quien se desprende de un peso. El esquema diagonal de la composición le concede un extremo dinamismo, que se conjuga con la mesura en otros elementos como la luz uniforme y la distribución en friso. Los colores son fríos y artificiales, extraños, así como el vuelo de los ropajes.

 

BIBLIOGRAFIA:

 

1.     Grimal, Pierre, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona, Paidós, 1981

2.     Guarino Ortega, Rosario, La mitología clásica en el arte, Murcia, Universidad de Murcia, 2000.

3.     Humbert, Juan, Mitología griega y romana, Barcelona, Gustavo Gili, S.A., 2003.

4.     Ruiz de Elvira, Antonio, Mitología clásica, Madrid, Gredos, 1995.

5.     Pag. Web: www.artehistoria.com.

6.     Aghion, I, Barbillon, C y Lissanague, F, Héroes y dioses de la antigüedad, Madrid, Alianza Editorial, 1997.

7.     Chevalier, Jean, Gheerbrant, Alain, Diccionario de los símbolos, Barcelona, Editorial Herder, 1988.

8.     Diel, Paul, El simbolismo en la mitologia griega, Barcelona, Editorial Labor, 1976.


 

[1] Según Antonio Ruiz de Elvira.

[2] En la mitología solo se habla de él refiriéndolo al mito de Atalanta y que puede ser conocido también como Melanion.

[3] “Diccionario de los símbolos” de J. Chevalier y A. Gheerbrant y “El simbolismo en la mitología griega” de P. Diel.

[4] En la pagina Web www.artehistoria.com, describen este hecho como la profanación del templo de Ceres.

[5] Ovidio explica la metamorfosis de ambos como el castigo por no haber tributado adoración a Venus y ésta hace que profanen el templo de Cibeles consumando allí su amor; el mitólogo Antonio Ruiz de Elvira se remite a Ovidio para hablar del mito y corroborando la versión del poeta; Pierre Grimal también afirma lo que el poeta Ovidio y el mitólogo Ruiz de Elvira, que fue en el templo de Cibeles donde se llevo a cabo la profanación del templo y el consiguiente castigo.

 

 

 Francisco José Silva González

 Alumno de Historia del Arte. Curso 2006/2007 Mitología Clásica II

Cadmo

HISTORIA DEL HÉROE CADMO

            Cadmo es un héroe perteneciente al ciclo tebano, es hijo del rey de la región de Tiro, Agenor, y de Telefasa. Al igual que el gran héroe Heracles, su leyenda se ha difundido por todo el mundo mediterráneo. Es hermano de Cílix, Fénix (a veces se le considera a Cadmo hijo de éste[1]), Taso y Europa. Respecto a sus orígenes, también se le considera hijo del héroe tebano autóctono Ógigo, según una tradición beocia.

           Este héroe ha pasado a la historia por la búsqueda incansable de su hermana Europa y por las ciudades que iba fundando a su paso. Tras el rapto, Agenor ordenó buscar a su hija Europa a sus cuatro hijos, y les prohibió volver sin ella. Partió con ellos su madre Telefasa (también conocida como Argíove). Pasado poco tiempo reconocen que la búsqueda es inútil y uno tras otro van abandonando la búsqueda hasta solo quedar Cadmo y su madre. Ambos llegan a la isla de Tracia donde son muy bien acogidos, allí Telefasa fallece y Cadmo, desesperado acude a consultar el oráculo de Delfos para que le guíe en su camino; éste le obliga a abandonar la búsqueda de su hermana y a fundar una ciudad, le indica que siga a una vaca hasta que desfallezca y allí será donde deba fundar una ciudad[2]. Cadmo obedece al oráculo y se pone en camino, al llegar a la Fócide, en los rebaños de Pelagonte, hijo de Anfidamante, encontró una vaca con el símbolo de la luna en cada lado. Siguió al animal hasta Beocia donde cayó agotado por sus fuerzas y, en ese lugar, Cadmo fundó la futura Tebas.

           Al ver que el oráculo se había cumplido quiso ofrecer en sacrificio a la vaca en honor de la diosa Atenea, para ello envió a un grupo de jóvenes que fueran a buscar agua a una fuente cercana llamada “fuente de Ares”, allí se encontraron con un dragón, el cual decían que descendía del mismísimo Ares, y mató a casi todos los enviados, Cadmo fue en ayuda de los suyos, y con gran valentía mató al dragón[3]. Atenea le aconsejó que sembrase los colmillos del dragón en la tierra, éste lo hizo y brotaron del suelo unos hombres armados y con aspecto fiero y violento a los que llamó Spartoi[4].

         Cadmo, al ver su amenazador aspecto arrojó una piedra en medio de ellos, en ese momento los Spartoi, al no saber quién les había lanzado la piedra, creyeron que había sido alguno de sus compañeros y comenzaron una cruenta batalla de la que solo se salvaron cinco guerreros, Equino (que casó posteriormente con Ágave hija de Cadmo y Harmonía), Udeo, Ctonio, Hiperenor y Peloro.

         Estos hombres, nacidos directamente de la propia tierra, ayudan a Cadmo en la fundación de Tebas[6], esto origina que esta urbe sea construida por guerreros de la misma tierra de la que surgen, remarcando así el carácter autóctono de la ciudad, y movidos, por supuesto, por el gran héroe Cadmo.

         Por la muerte de la bestia tuvo que sufrir ocho años al servicio de Ares, tras la expiación consiguió ser rey de Tebas bajo la protección de Atenea y el rey de los dioses, Zeus, le entregó la mano de Harmonía[7], hija de los amores entre Ares y Afrodita. La boda entre el héroe y la diosa se celebró con grandes festejos y muchos regalos, a destacar un vestido para Harmonía tejido por las Gracias y un collar forjado por Hefesto[8]. Ambos regalos tendrán un papel importante durante la empresa de los Siete contra Tebas[9].

        Cadmo tuvo varias hijas con Harmonía, Autónoe (que casó con Aristeo y tuvo un hijo llamado Acteón), Ino (que fue deificada y se le cambió el nombre por Leucótea, se casó con Atamante y tuvo dos hijos), Ágave (se unió al Spartoi Equión con el que tuvo un hijo Penteo, que se convertiría en el futuro rey de Tebas tras su abuelo), Sémele (con la que Zeus tuvo un amorío del que nació el dios Dioniso), y dos hijos; el primero Polidoro que se casó con Nicteis, ambos son padres de Lábdaco y éste es el padre de Layo, futuro rey de Tebas y padre de Edipo; el segundo fue Ilirio, tras la huida de Tebas de Cadmo y Harmonía en circunstancias desconocidas, llegaron a Iliria, país de los enqueleos. Éstos habían sido atacados por el pueblo de los ilirios y un oráculo les aseguró que conseguirían la victoria guiados por Cadmo y Harmonía, así pues, salieron vencedores y Cadmo se convirtió en rey de Iliria donde tuvo a su segundo hijo Ilirio. Después de esto Cadmo y Harmonía fueron convertidos en serpientes y pasaron a los Campos Elíseos y su tumba se enseñaba en Iliria.


 

[1] “Diccionario de mitología Griega y Romana”, Pierre Grimal. (s. v. Cadmo).

[2] Desde el punto de vista simbólico la vaca, en las culturas arcaicas, se ha considerado un animal sagrado, es productora de leche y por ello símbolo de la tierra nutricia.

[3] La simbología del dragón tiene dos vertientes o se nos presenta como un guardián severo o como un símbolo demoníaco. En este caso es custodio de tesoros y su adversario debe vencerlo para poder acceder a ellos.

[4] Spartoi significa "hombres sembrados" y aparecen también en la leyenda de los Argonautas cuando Eetes, rey de la Cólquide, le pide a Jasón que siembre unos dientes de dragón que le entregó Atenea.

[6] “...y con su ayuda construyó la Cadmea, que es la ciudadela de Tebas”, P. Grimal, Diccionario de Mitología Griega y Romana, p.175.

[7] Otra leyenda del poeta Nono de Panópolis, cuenta que Cadmo siguió las huellas dejadas por el toro que raptó a su hermana y acabó uniéndose a la expedición divina contra Tifón, acompañó a Pan vestido de pastor, en el momento que a Zeus el gigante le arrebató los nervios, nuestro héroe consiguió embrujarlo con la lira y así consiguió los tendones bajo la excusa de utilizarlos como cuerdas para su lira, luego se los devolvió a Zeus y éste acabó venciendo al gigante, y por esa gran hazaña el rey de los dioses le entregó la mano de Harmonía. Aunque es muy posible que esta leyenda fuera más bien una invención.

[8] Se dice que el collar también pudo ser entregado a Cadmo por el dios Hefesto o que fue un regalo de Europa a su hermano, y ésta lo habría recibido del todopoderoso Zeus.

[9] Adrasto (rey de Argos) le prometió a Polinices sentarlo en el trono de Tebas, éste le pidió ayuda a Anfiarao y como éste era adivino dijo que no iría porque sabía el destino que le esperaba, entonces Polinices, por consejo de Ifis (héroe argivo que fue castigado en sus hijos por animar a Polinices a corromper a Erifila), le regaló el collar de Harmonía (el cual lo había cogido Polinices junto con el vestido antes de ser expulsado de la ciudad de Tebas por su hermano Eteocles) a Erifila, hermana de Adrasto y esposa de Anfiarao, la cual era la encargada de decidir en las disputas entre su hermano y su esposo, y ésta decidió ir a la guerra. Posteriormente Erifila fue, de nuevo, sobornada, esta vez por Tersandro, hijo de Polinices, con el vestido de Harmonía para que convenciese a su hijo Alcmeón de que se pusiera al frente del ejercito de los Epígonos, por que según un oráculo solo así conseguirían la victoria. Alcmeón al volver triunfante de la batalla mató a su madre para vengar a su padre, que se lo había hecho prometer, y entregó como ofrenda el vestido y el collar de Harmonía a Apolo en Delfos, no sin antes pasar otras aventuras.

 

 

OBRA PICTÓRICA

        Se trata de un cuadro que hoy se encuentra en los fondos del Museo del Prado, realizado por el pintor flamenco Jacob Jordaens (1593-1678). No es éste el único que Jordaens dedica a tema mitológico.

        Lo realizó entre 1636 y 1637 y en él se aprecian varias influencias, entre ellas, la de un gran pintor, también perteneciente a ese barroco flamenco, Pieter Paul Rubens (otro pintor que también dedicó muchos de sus cuadros a figuras mitológicas), en la forma de las figuras, aunque mantiene un estilo muy personal mezclado también con ese estilo que había germinado en Italia, el naturalismo tenebrista y, por lo tanto se encuentra influenciado por Caravaggio.

        La escena trata el momento de la fundación de la ciudad de Tebas. En primer plano aparece el héroe Cadmo junto a la diosa Atenea, detrás de ellos el dragón de Ares ya sometido y al fondo de la escena los Spartoi luchan fanáticamente los unos contra los otros por la supervivencia.

        El artista elimina el efecto de friso que aparece en otras obras por medio del empleo de una composición a través de planos paralelos que se suceden en profundidad. Las figuras aparecen escorzadas y se ve de forma muy marcada los efectos de claroscuro que tanto le gustaban. Es una pintura de gran realismo, se observa que el uso de las luces es muy violento y el colorido tiene una gran viveza, posiblemente por esa influencia veneciana del pintor Jacopo Bassano.

BIBLIOGRAFIA

1.     Grimal, Pierre, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona, Edt. Paidós,1981.

2.     Humbert, Juan, Mitología griega y romana, Barcelona, Edt. Gustavo Gili, S.A,2003.

3.     Pag. Web: www.artehistoria.com.

4.     Pag. Web: www.arteyestilos.net.

5.     Pag. Web: pintura.aut.org.

6.     Aghion, I, Barbillon, C y Lissanague, F, Héroes y dioses de la antigüedad, Madrid, Alianza Editorial, S.A.,1997.

7.     Chevalier, Jean, Gheerbrant, Alain, Diccionario de los símbolos, Barcelona, Editorial Herder, 1988.

8.     Price, Simon and Kearns, Emily: The Oxford dictionary of Classical Myth and Religion, New York, Oxford University Press, 2003.