Adrián Matilla Santos

Alumno de Filología Inglesa. Curso 2007/2008 Mitología Clásica

El Partenón de Atenas

El partenón amenazado hoy

1. INTRODUCCIÓN.

 

Dado que el Partenón Ateniense es una obra arquitectónica y escultórica de una gran complejidad y con una cantidad de imágenes excepcional, procuraré analizar las diferentes partes del mismo por separado, con el fin de que sea más fácil entender el significado de cada una.

El Partenón es un templo dórico griego construido durante el siglo V a.C., el llamado siglo de Pericles. Los arquitectos que diseñaron el templo fueron Ictinos y Calícrates, y el escultor de todas las figuras que se encuentran o se encontraban en él fue Fidias. El templo está dedicado a Atenea, hija de Zeus y de Metis, y diosa por excelencia de la ciudad a la que da nombre.

 2. FRONTÓN ORIENTAL.

En el frontón oriental del Partenón se encuentra representado el nacimiento de Atenea. Dicho nacimiento fue fruto de la unión de Zeus con Metis (la sabiduría), y ambos la engendraran, aunque a la vista Zeus da a luz él solo a la diosa, ya que a Metis, antes de que Atenea naciera se la comió, aconsejado por Gea y Urano, con el fin de que le siguiera aconsejando, y así se rompiera el maleficio de la sucesión de dioses de la cosmogonía y la teogonía. Atenea nacerá de la cabeza de Zeus (la cabeza no es un lugar extraño para que nazca un dios, ya que en ella se encuentra la sabiduría), y nacerá ya con las armas que le caracterizan: la lanza, el escudo, el yelmo con los grifos, la Niké (o victoria) alada…, que hacen que sea la diosa de la guerra, pero no de la guerra entendida como Ares, cuya guerra es impulsiva y sangrienta, sino la guerra que se une a la inteligencia para vencer, lo que hace que Atenea en muchas ocasiones consiga vencer a Ares.

 

3. FRONTÓN OCCIDENTAL.

 

En el frontón occidental del Partenón se encuentra representado el desafío de Atenea y Posidón por la ciudad; en estos desafíos de los dioses por las ciudades, podían juzgar los demás dioses, los héroes o los hombres quién había resultado ganador. Da la casualidad de que Posidón, en casi todas las ciudades acaba siendo derrotado; Atenas no será una excepción, y Atenea acaba como la clara vencedora, ya que había ofrecido a los atenienses un olivo; como el aceite, para los griegos, era uno de los bienes más preciados, eligen a Atenea como diosa de la ciudad (Posidón habría hecho aparecer una fuente o un caballo). Como consecuencia, Posidón castigó a la ciudad con una catástrofe.

 

4. FRISO DE LAS PANATENEAS.

Detalla del Friso. Entrega del peplo. Atenea y Hefesto

En el friso de las Panateneas, que se encontraba ya en el interior de las columnas, aparece representada la gran fiesta de las Panateneas, como bien dice el nombre del friso, fiesta en honor a la diosa de la ciudad. Debo matizar que en Grecia había dos fiestas de las Panateneas:

-   Las Grandes Panateneas: se celebraban cada cuatro años, y eran panhelénicas, es decir, se celebraban con participación de toda Grecia.

-   Las Panateneas Menores: únicamente los atenienses las celebraban anualmente.

En estas fiestas se hacía una procesión en la que las mujeres regalaban a Atenea un manto (el llamado peplo), bordado durante los años anteriores a la fiesta. En el peplo, las mujeres representaban bordadas la titanomaquia y la gigantomaquia (lucha de los dioses contra los titanes y lucha de los dioses contra los gigantes); mediante estas luchas, los dioses consiguen que no se imponga el caos (desorden universal) en el mundo, y permanezca el cosmos. Se representan en el peplo porque Atenea fue clave en ambas luchas.

"Creación de Pandora" en el Pedestal de la estatua de Atenea Parteno: situada en el centro, Atenea le tiende un manto.

La razón de que las mujeres le llevasen un manto a la imagen criselefantina de Fidias situada en el interior del templo, era que Atenea le enseña los oficios de mujer y además le regala su primer vestido (aunque todos los dioses aportan algo a la creación de Pandora, la primera mujer, y cada uno le regaló algún objeto o don [Pandora = todo don, todo regalo]); Hefesto fue quien modeló a Pandora por encargo de Zeus.

 Reconstrucción del interior del Partenón con la imagen de Atenea Parteno

5. IMAGEN CRISELEFANTINA DE FIDIAS.

 

La imagen criselefantina realizada por Fidias para el interior del templo, era la imagen de Atenea Parteno, y digo era, porque, desgraciadamente no se ha conservado la imagen original, algo prácticamente obvio debido a la riqueza de los materiales con que estaba esculpida. En dicha estatua se representaban todas las cualidades y armas que la diosa poseía. En su mano derecha porta la Niké alada, ya que Atenea es una diosa de la guerra victoriosa, que vence con inteligencia, no como Ares, quien sólo utiliza el instinto bélico. La lanza se encuentra situada en su mano izquierda; quizá esta lanza fuese la égida, arma que únicamente podían blandir Atenea y Zeus, sin embargo, no podemos estar seguros de que sea la égida, ya que es un arma divina muy difícil de representar. A su izquierda sostiene el escudo que le caracteriza, en cuyo centro se encuentra representada una serpiente (seguramente debido a su hijo Erictonio, cuyo cuerpo finalizaba en cola de serpiente). Es interesante el casco en cuyos laterales se encuentras dos grifos (animales mitad león mitad ave). En su cuello se encuentra la cabeza de la Gorgona, que se la entrega Perseo como agradecimiento por aconsejarle para saber cómo vencerla (la diosa le recomienda que mire reflejo de Medusa en su escudo, ya que si le miraba a los ojos se petrificaría). En el pedestal de la imagen se encontraba representada la creación de Pandora, la primera mujer, cuya historia resumí brevemente en el punto 4.

 

6. CONCLUSIÓN.

El Partenón de Atenas reflejaba y refleja la actitud de los antiguos griegos hacia los mitos; como podemos ver, los griegos se identificaban con los mitos, y más concretamente, con los que hacían referencia al dios o la diosa de su ciudad, que tenía un papel protagonista. El Partenón es un buen ejemplo de ello.

 

 

Adrián Matilla Santos

Alumno de Filología Inglesa. Curso 2007/2008 Mitología Clásica II

Detalles mitológicos en El perro del Hortelano

Fragmento del Acto I

 

-   FABIO: Este sombrero tiró.

-   DIANA: Pues, ¿las plumas que vi yo,
               y tantas que aún era exceso,
               en esto se resolvieron?

-   FABIO: Como en la lámpara dio,
               sin duda se las quemó,
               y como estopas ardieron.
               ¿Ícaro al sol no subía,
               que abrasándose las plumas,
               cayó en las blancas espumas
               del mar? Pues esto sería.
               El sol, la lámpara fue;
               Ícaro el sombrero, y luego
               las plumas deshizo el fuego,
               y en la escalera le hallé.

 

Fotograma de "El perro del Hortelano", de P. Miró

Comentario del texto.

El fragmento que he decidido comentar, pertenece a la obra El perro del hortelano, escrita por don Félix Lope de Vega y Carpio en el año 1618. Dicho fragmento, se corresponde con el acto primero de la mencionada obra teatral, perteneciendo al inicio, cuando aparecen Tristán, el gracioso, y Teodoro, el galán, escapando de casa de la condesa de Belflor, Diana, debido a que Teodoro se encontraba seduciendo a una de las criadas de la condesa y la guardia les descubre.

En el preciso momento en el que la condesa despierta del sueño, aparece Fabio, su secretario, en escena, contándole el episodio que acaba de suceder, paralelamente con el episodio mitológico al que se hace referencia, correspondiente a la escapada de Ícaro y Dédalo del laberinto del Minotauro. Narra de manera muy cómica cómo los dos intrusos no reconocidos escapan de sus garras. Fabio compara el episodio mitológico con la escena que él ha vivido de la siguiente manera:

-       El sombrero que lanza Tristán, se asemeja a Ícaro, que se acerca volando al Sol.

-       Las plumas del sombrero, son las alas mediante las cuales Ícaro consigue escapar del laberinto.

-       La lámpara en la que aterriza el sombrero, se corresponde con el Sol.

J.P. Gowy, 1636-37.

 

El episodio mitológico que aquí se nos muestra se desarrolla en el laberinto del Minotauro y tiene como protagonistas a Ícaro (hijo de Dédalo y Náucrate [esclava de Minos) y Dédalo (padre de Ícaro). Ambos personajes construyeron el laberinto donde se encuentra el Minotauro. Dédalo o, en otras ocasiones, Ariadna, le confesó a Teseo cuál era la manera de salir de allí cuando éste se aventuró a entrar  para acabar con el Minotauro (le aconseja que lleve con él un ovillo de hilo de oro para marcar el camino y no perderse al volver, con lo que Teseo vence al Minotauro y consigue salir del laberinto). Por el hecho de ayudar a Teseo, Minos, encolerizado, encerró a Dédalo y a Ícaro dentro del laberinto para que no pudieran escapar. Sin embargo, Dédalo, ingeniosamente, fabrica unas alas con cera para salir del laberinto (por ello Dédalo aconseja a Ícaro no acercarse al Sol, ya que las alas se podrían derretir e Ícaro podría caer al mar). Haciendo caso omiso a las indicaciones de su padre, Ícaro se acercó al Sol, las alas se derritieron e Ícaro cayó al mar, mar que se pasó a denominar Mar de Icaria. En este momento, el mito nos muestra la hybris que Ícaro tenía, la soberbia de poder acercarse a tocar el Sol. A pesar de que Dédalo escapa del laberinto, Minos lo perseguirá y lo atrapará.

 

Sobre este texto, podemos hacer también una referencia a Diana, la condesa de Belflor. Diana, en la antigua Roma, era la diosa identificada con Ártemis, diosa griega a la que se relaciona, más que con este episodio, con Teseo (que participará indirectamente en el mito), ya que Diana fue quien salvó a Asclepio o Esculapio, hijo de Hipólito, a su vez hijo de Teseo, y lo resucitará.

 

La conclusión que podemos sacar de todo esto, es que los mitos relacionado con los héroes (o incluso con los dioses), han sobrevivido y perdurado a lo largo de los siglos, tanto que durante el siglo XVII, o acercándonos ya a la actualidad, se escribían y escriben obras que hacen referencia a ellos, como podemos ver en esta ocasión o en muchos otros ejemplos. La mitología está viva y con fuerza, pero también hay que tener en cuenta la fuerte capacidad de los autores para utilizar burlescamente en sus obras cómicas un episodio mitológico, haciendo referencia a él mediante la magia de la palabra escrita.