Ángela Maside Páramo

Alumna de Filología Hispánica. Curso 2006/2007 Mitología Clásica II

 El mito de Edipo 

INTRODUCCIÓN.

            La mitología griega fue una de las más cambiantes y complejas del mundo antiguo, transmitida principalmente a través de la literatura. Hoy en día conocemos gran parte de esta tradición a través de la mitología latina, es decir, se trata de un proceso de transmisión. Dentro de la mitología griega no sólo eran importantes las vivencias de los dioses, sino que también destacaban las experiencias vividas por los héroes, quienes también funcionaban como intermediarios entre los hombres y los dioses.

            A lo largo de la historia, se han realizado numerosos estudios sobre el mito de Edipo. En este caso trataré de explicar la situación del reino de Tebas antes, con y después de Edipo partiendo de la imagen que he escogido y haciendo referencias a la obra de Sófocles titulada Edipo Rey.

 

           En la imagen que vamos a comentar observamos a Edipo y a la Esfinge. Numerosos estudios describen a la Esfinge como un monstruo al que se le atribuyen un rostro de mujer, pecho, patas y cola de león, voz de hombre y alas de ave de rapiña. Pero, ¿por qué se encuentra la Esfinge en Tebas? Según algunos estudios, este monstruo había sido enviado por Hera con el propósito de castigar a la ciudad por el crimen de Layo, quien había amado a Crisipo[1]con amor culpable.

            Existen diferentes propuestas acerca de la labor de la Esfinge, pero la más aplaudida era que proponía enigmas a todos los viajeros que pasaban próximos a la montaña donde ella se había asentado  y si no los acertaban, los mataba y devoraba. El enigma más común que proponía decía: “¿Cuál es el ser que anda primero con cuatro, luego con dos y después con tres patas y que se vuelve más débil según más patas tenga?[2]”. Otras versiones afirman que la Esfinge también proponía otro enigma que decía: “Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera[3]”.

            Pero ¿por qué aparece Edipo hablando con ella? La razón de que Edipo se marchase a Tebas es consecuencia de una predicción del Oráculo de Delfos antes de que él naciese. En la obra de Sófocles Edipo Rey, Yocasta le explica a Edipo[4] esta predicción en la que se declaraba que Layo tendría el destino de morir a manos del hijo que naciera de él y de Yocasta. Para evitar así la predicción del Oráculo, Layo decide entregar a Edipo, nada más nacer, a un pastor con la orden de matarlo. Pero éste, desobedeciendo la orden del rey, decide abandonarlo en la cumbre del Citerón, donde lo acabaría encontrando otro pastor, Forbas[5], con los tobillos perforados[6]. Forbas salva a Edipo de la muerte y se lo lleva a Pólibo, rey de Corinto, que junto a su mujer Mérope, lo acogen y crían[7]

            Edipo pasó toda su infancia en Corinto, pero una vez llega a la edad viril abandona a sus padres adoptivos por un motivo que variará dependiendo de los autores. El motivo más destacado fue que en una riña, para insultar a Edipo, un corintio le reveló que no era hijo verdadero del rey Pólibo. Como consecuencia a esta situación, Edipo decide interrogar a sus padres quienes le confirman que es verdad. En la obra de Sófocles Edipo cuenta “ sin que mis padres lo supieran me dirigí a Delfos, y Febo me despidió sin atenderme en aquello por lo que llegué, sino que se manifestó anunciándome terribles y desgraciadas calamidades: que estaba fijado que yo tendría que unirme a mi madre y que traería al mundo una descendencia insoportable de ver para los hombres y que yo sería asesino del padre que me había engendrado.”[8] Por esta razón Edipo decide alejarse de Corinto y partir hacia Tebas. En el camino topa con un anciano, que va montado en un carro tirado por potros y acompañado de sus mensajeros. En la obra de Sófocles, el mismo Edipo narra este encuentro diciendo: “El conductor del carro y el mismo anciano me arrojaron violentamente del camino. Yo al conductor del carro lo golpeé movido por la cólera. Cuando el anciano ve que me aproximo, me golpea en el medio de la cabeza con la pica de doble punta. Y él no pagó por igual, fue golpeado con esta mano por el bastón y, al punto, cae redondo de espaldas desde el carro. Maté a todos.” Cuando Edipo cometió este acción no sabía que el anciano era Layo, se enteraría tiempo después en una conversación que tendría con Yocasta.

            Cuando Edipo llega a Tebas, se encuentra con que Creonte, rey de la ciudad hasta el momento, ofrece una recompensa a aquel que sea capaz de librar al pueblo tebano de la Esfinge[9]. En algunas versiones, aunque no en Sófocles, así también podría vengar Creonte la muerte de su hijo Hemón, quien había sido devorado por el monstruo. La recompensa propuesta por el rey para aquel que fuese capaz de liberar a su pueblo de este ser, consistía en cederle el trono de Tebas y ofrecerle en matrimonio a la viuda del rey anterior, a Yocasta. Esta es la razón por la que Edipo aparece en la imagen hablando con la Esfinge para que esta le proponga su reto, afirmando que si acierta le dejará ir, pero si no le matará. Edipo consigue darle una respuesta acertada a la Esfinge, motivo por el cual, ella despechada y confusa se sube a lo alto de la montaña y se suicida. Como resultado de esta victoria para el pueblo tebano y este, para demostrar su gratitud, le conceden a Edipo el trono de Tebas y le ofrecen en matrimonio a Yocasta.

            No es sino mucho después, tras el nacimiento de Eteocles, Polinices, Antígona e Ismene, hijos de Edipo y Yocasta, cuando en una conversación entre los reyes de Tebas, Yocasta se da cuenta de que Edipo es su verdadero hijo, aspecto narrado en la obra de Sófocles por Yocasta cuando dice: “¡Oh desventurado!¡Que nunca llegues a saber quien eres!”, afirmación que driría poco antes de suicidarse.

            En la obra de Sófocles está muy bien explicada la situación en la que se encontraba la ciudad de Tebas tras la muerte de Layo y ya una vez Edipo era rey, la ciudad estaba siendo asolada por la peste. En la obra de Sófocles, este capítulo perteneciente al mito está narrado de la siguiente manera: “... Además la divinidad que produce la peste, precipitándose, aflige la ciudad. Odiosa epidemia, bajo cuyos efectos está despoblada la morada Cadmea[10], mientras el negro Hades se enriquece entre suspiros y lamentos...” . Edipo toma la decisión como rey de mandar a Creonte a Delfos con el propósito de averiguar la causa de esta plaga; Sófocles narra este capítulo en boca de Edipo diciendo: “El único remedio que he encontrado, después de reflexionar a fondo, es el que he tomado: envié a Creonte, hijo de Meneceo, mi propio cuñado a Delfos, a fin de que se enterara de lo que tengo que hacer o decir para proteger esta ciudad.” La respuesta que Creonte obtiene del Oráculo es que la plaga no cesará hasta que se haya vengado la muerte de Layo. Para resolver esta situación Edipo decide interrogar al adivino Tiresias[11]. En Edipo Rey, en la conversación entre Edipo y Tiresias salen a relucir una serie de aspectos acerca del verdadero culpable del asesinato de Layo. Sófocles cuenta que Tiresias no quiere decirle a Edipo la verdad sobre él puesto que ya le llegará por si sola:”Razones que llegarán por sí mismas, aunque yo las proteja con el silencio”. Debido a esto Edipo cree que Tiresias es el culpable de la muerte de Layo. Pero tras una larga conversación intentando que Tiresias le revele todo lo que sabe, éste le dice “Afirmo que tú eres el asesino del hombre acerca del cual están investigando”. Como respuesta a esta acusación, Edipo intenta implicar a Creonte como el cómplice de Tiresias en el asesinato de Layo, echándole en cara al adivino que no hubiese hecho nada para liberar a su pueblo de la Esfinge y que sea ciego. Como respuesta a todas estas falsas acusaciones y antes del fin de su conversación con Edipo, Tiresias le revelará la verdad sobre el culpable del asesinato de Layo y, por consiguiente, le vaticinará su destino, diciendo: “... el culpable del asesinato de Layo está aquí. Se dice que es un extranjero aquí establecido, pero después saldrá a la luz que es tebano por su linaje y no se complacerá de esa suerte. Ciego cuando antes tenía vista y, pobre, en lugar de rico, se trasladará a tierra extraña tanteando el camino con un bastón. ... él mismo será hermano y padre de sus propios hijos, hijo y esposo de la mujer de la que nació y asesino de su padre”.

            En la obra de Sófocles, tras la conversación entre Edipo y Tiresias, Yocasta le cuenta a Edipo que Layo, según un rumor tenía el destino de morir a manos de unos bandoleros en una encrucijada de tres caminos. Pero en el momento en que Edipo oye la palabra encrucijada reacciona y se da cuenta de que él podría ser el asesino de Layo, por lo que manda que se la describan, al igual que manda que le describan el carruaje del rey e incluso ordena que le traigan del campo al criado que acompañaba a Layo y que presenció su muerte. Este criado resulta ser el pastor que había abandonado anteriormente a Edipo por orden de Layo.

            Entretanto, según Sófocles, llega un mensajero procedente de Corinto para comunicarle a Edipo que su padre Pólibo ha muerto y así rogarle que regrese para ocupar el trono que le corresponde. En una conversación entre este mensajero y Edipo, el primero le revela que no era hijo verdadero de Pólibo: “...Pólibo nada tenía que ver con tu linaje”, razón que le sirve a Edipo para darse cuenta del crimen que había cometido. Una vez Edipo sabe que Yocasta se ha suicidado y de que en realidad era su madre, se saca los ojos con el prendedor de ella y se destierra a sí mismo de la ciudad de Tebas y parte hacia Colono, lugar cerca de Atenas, donde morirá.

            Existen diversas versiones acerca de la muerte de Edipo, que trataré de explicar para establecer un posible contraste.

            Se habla de una obra perdida en la que Eurípides modifica el trabajo de Sófocles. En esta versión Creonte recibe mayor importancia. Se narra el propósito de Creonte de crear una conspiración contra Edipo ya que le considera un traidor. Creonte intenta convencer a Edipo de la muerte de Layo por lo que manda que lo cieguen. Peribea, esposa de Pólibo se presenta para comunicar la muerte de su marido, pero por el modo al que se refiere al hallazgo de Edipo, Yocasta comprende que su segundo marido es su hijo y se suicida.

            En la versión épica del mito aludida en La Odisea tras la muerte de Yocasta Edipo continúa en el poder hasta su muerte. A veces se dice que fallece en una guerra contra sus vecinos, Ergino y los minias.

            En otras versiones Edipo es desterrado de la ciudad, principal motivo por el que empieza a llevar una vida errante. En este momento, Edipo está acompañado por su hija Antígona, pues sus dos hijos se han negado a intervenir en su favor, razón por la que les maldice advirtiéndoles que se dividirán y que morirán uno a manos del otro. Para evitar que esta maldición se cumpla deciden reinar uno cada año en la ciudad. Empieza a reinar Eteocles, pero pasado este período se niega a abandonar el reino. Antes de responder a su hermano de manera violenta, Polinices decide enviar a Tideo[12] como mediador, con el propósito de reclamarle, por última vez a Eteocles el poder. Como Polinices no obtiene una respuesta acertada de su hermano, él junto con su suegro Adrasto, organiza un ejército en el que participarán siete grandes guerreros, conocidos como Los siete contra Tebas, con el fin de conquistar la ciudad. Después de un tiempo de guerra, los hermanos luchan y terminan muriendo ambos. Después de la muerte de Edipo, Antígona regresa a Tebas con su hermana Ismene[13]. Antígona tiene una gran importancia porque es ella quien desobedece la orden del rey de no enterrar las cenizas de Polinices; el principal motivo para que realice este acto es que ella quería evitar por un lado que el alma de su hermano vagase durante toda la eternidad y por otro lado, que éste volviese y les castigase por no haberle dado un ritual funerario apropiado. Cuando Creonte conoce la noticia de esta desobediencia condena a Antígona a ser enterrada viva en el panteón familiar. Ismene había intentado persuadir a su hermana de desobedecer la orden del rey, pero aun así en alguna versión le acompaña en el encierro para morir con ella.

            Hay un aspecto común a todas las versiones sobre la muerte de Edipo y es que un oráculo predijo que el país en el que se encontrasen las cenizas de Edipo tendría la bendición de los dioses, por lo que Creonte (tío de Edipo) y Polinices ( hijo y hermano de Edipo) trataron de persuadirle, una vez moribundo, para que regresase a Tebas, pero Edipo que había sido recibido hospitalariamente por Teseo, se negó, queriendo que sus cenizas permaneciesen en el Ática, en la población de Colono. 

                                                           CONCLUSIÓN

            El haber hecho este trabajo sobre el mito de Edipo, me ha servido para varios aspectos que a mí me resultan interesantes. En primer lugar, he aprendido mitología, aunque sólo sea una pequeña parte, es decir, que antes de investigar tenía una ligera idea de estos aspectos debido a que mi padre nos contaba historias mitológicas para que nos durmiésemos, por lo que el vago recuerdo que pudiese tener se ha ampliado. Y en segundo lugar, me ha servido para aprender a investigar y relacionar las ideas sin ayuda de nadie, motivo por el cual toda esta información ha permanecido mejor en mi memoria.

            Mucha gente afirma que en la mitología nada cuadra, que nada sigue una lógica, pero en este sentido están muy equivocados, puesto que es esto precisamente lo que hace a la mitología bonita, curiosa, interesante y sobre todo, fantástica.

 

                                                           BIBLIOGRAFÍA

            1- Sociedad Anónima de Revistas, Periódicos y Ediciones ( SARPE ), Los grandes imperios y civilizaciones. Atenas y Esparta, Madrid, Altamira, S.A., 1985.

            2- León Daudí, Prontuario de la Mitología Griega, Barcelona, Ediciones Zeus,1965.

            3- V.V. Struve, Historia de la antigua Grecia, Tomos I, II y III. Madrid, SARPE, 1985.

            4- Pierre Grimal, Diccionario de Mitología Griega y Romana, Barcelona. Ediciones Paidós Ibérica, S.A., 1981.


 

[1]    Crisipo era hijo de Pélope.

[2]    La respuesta a este enigma es: El hombre.

[3]    La respuesta a este enigma es: El día y la noche.

[4]    Esta explicación se encuentra en la obra Edipo Rey vv. 1126 – 1222.

[5]    Forbas era uno de los pastores pertenecientes a los rebaños del rey de Corinto.

[6]    Ésta es la razón que de un modo etiológico explica para los griegos el significado del nombre de Edipo: "pies hinchados". Estudiosos como Levi- Strauss han basado el análisis de este mito en el significado de la mayor parte de los nombres de sus personajes, como por ejemplo Lábdaco significa “cojo”, Layo significa “torcido” y como ya se ha dicho, Edipo que significa “pies hinchados”. Estos mismos estudiosos afirman que esta característica es algo propio de los nacidos de la tierra. Mucho más interesante es el enfoque del prof. M. Sánchez Ruipérez en diversos artículos "El nombre de Layo, padre de Edipo", "Edipo y los curanderos míticos", en Charis Didaskalias. Studie in honorem Ludovici Aegidii edendi curam paraverunt. Homenaje a Luis Gil, Madrid, 1994, 233-240 y en su libro más reciente, El mito de Edipo. Lingüística, psicoanálisis y folklore, Madrid, Alianza Editorial, 2006.

[7]    Este capítulo acerca del origen de Edipo se narra en Edipo Rey vv 1234 - 1297

[8]    Esta narración se encuentra entre los versos 925 – 1086 de la obra de Sófocles.

[9]    En Edipo Rey la Esfinge recibe el nombre de “perra cantora”.

[10]  Cadmea era el primer nombre que recibiría la ciudad de Tebas, puesto que había sido fundada por Cadmo, tatarabuelo de Edipo.

[11]  Tiresias era un adivino ciego al que se le atribuyen numerosas profecías acerca de la leyenda tebana.

[12]  Tideo es hermano de Meleagro.

[13]  Según la obra de Sófocles, Ismene termina como la única superviviente de la familia de Edipo.