Mª Teresa Blázquez González

Alumna de Historia. Curso 2007/2008. Mitología Clásica II

Belerofonte contra la Quimera

 

En la imagen se puede ver a un héroe, que lucha montado sobre un caballo alado contra un monstruo de varias cabezas. Se trata del héroe griego llamado Belerofonte, que como muestra la escena lucha montado sobre Pegaso contra la Quimera.

             A Belerofonte se le hace descender de Glauco, rey de Corinto, y de Eurínome, asociada a la realeza de Mégara, aunque según otras versiones su padre sería el dios Posidón. Su trayectoria como héroe comienza tras matar involuntariamente a su hermano Belero, suceso por el cual decide cambiar su nombre original Hiponoo, por el que pasaría a la posteridad, Belerofonte, y que significa “asesino de Belero”. Por otra parte debido a este suceso y para purificar su pena decide exiliarse a Tirinto donde el rey Preto le acoge y purifica.

El problema surgió cuando la mujer del rey, Antea o Estenebea, se enamoró del héroe y, al no ser correspondida decidió calumniarlo y acusarlo ante su marido de que había sido él quien había intentado seducirla. Preto para no violar las reglas de hospitalidad matando a su huésped decide enviárselo a su suegro Yóbates, rey de Licia en Asia Menor, junto con una carta en la que le explicaba todo lo sucedido y la razón por la se lo envía.

Preto entonces decide matar a Belerofonte, pero se encuentra ante el mismo problema de las reglas de hospitalidad, pues antes de leer la carta le había recibido como a su huésped. Debido a esta circunstancia lo que el rey decide es encargarle una misión para que el héroe muriera realizándola y él quedara libre de las culpas. Dicha misión consistía en matar a la Quimera, un ser monstruoso descendiente de Tifón y Equidna que vivía en Asia Menor, donde gracias a su facultad de vomitar fuego por la boca, tenía asolada la región. Otras cualidades de este ser eran tener el cuerpo de cabra y tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío situada en el lomo y la última de serpiente en la cola.

Antes de encaminarse a luchar contra la Quimera, Belerofonte consultó a un sabio, que le aconsejó pedir ayuda a Atenea. La diosa hizo caso a la llamada y le dio una brida de oro que debía colocar a Pegaso (ser nacido de la sangre derramada por la Gorgona Medusa tras ser decapitada por Perseo) si quería contar con él para matar al terrible monstruo. Belerofonte fue a buscar entonces al caballo alado a la fuente de Pirene de Corinto, donde solía descender para beber, y allí logró controlarle.

Una vez que logró dominar a Pegaso, Belerofonte se dirigió en busca de la Quimera con el fin de ejecutar la labor de cualquier héroe, es decir, eliminar a todos los seres que de una forma u otra seguían asolando la tierra e implantando el caos. Gracias a la agilidad de Pegaso, el héroe esquivaba las llamaradas del monstruo al que al mismo tiempo lanzaba flechas, pero estas rebotaban en su piel, así que Belerofonte optó por utilizar su lanza que era de plomo, por lo que al introducírsela a la Quimera en la boca se deshizo, y fue al ingerir el metal fundido cuando el monstruo murió.

Buraq transporta a Mahoma

La lucha contada anteriormente es la que aparece en la imagen. Pero, como el rey Yóbates no había conseguido matar a Belerofonte ,le mandó a otras peligrosas misiones entre las que se incluyen luchar contra el pueblo de los Sólimos, combatir contra las Amazonas y escapar de una emboscada preparada por el propio rey. El héroe consiguió salir victorioso de todos éstos encuentros, por lo que al final el rey comprendió que estaba bajo la protección de los dioses y que por lo tanto debía ser inocente de las acusaciones que su hija había vertido sobre él, como prueba de que creía en su inocencia le enseñó la carta de Preto aunque manifestó que no creía lo que ponía allí, y además le caso con su hija.

A la muerte de Yóbates fue nombrado rey de Licia, donde pasó largos años, pero al final se envaneció con sus hazañas y decidió ir a vivir al Olimpo. Zeus enfadado ante la soberbia del héroe le envió un mosquito para que picara a Pegaso. Pegaso entonces precipitó a Belerofonte al vacío y siguió cabalgando hasta que quedó convertido en la constelación que lleva su nombre. El héroe sobrevivió a la caída pero tuvo secuelas para el resto de su vida, se dice que quedó paralizado o incluso ciego, en cualquier caso terminó solo sus días añorando su gloria pasada.

Buraq. Egipto, ca. 1960

El mito de Belerofonte, Pegaso y la Quimera ha tenido influencias hasta la actualidad. Diversos artistas se han inspirado en estos animales fantásticos a la hora de crear sus obras. Hoy en día el caballo alado Pegaso es el logotipo de una empresa de camiones y también de la productora de cine Tristar. Pero además se cree que influyó en otras religiones, como la islámica en la que aparece un ser llamado Buraq (que en árabe significa rayo, estallido o blancura cegadora), que supuestamente transportó a Mahoma de la tierra al séptimo cielo y de nuevo a la tierra viaje tras el cual Mahoma comenzó a predicar. El Buraq es descrito como un ser blanco más grande que un burro pero más pequeño que una mula y se representa como un monstruo con rostro de mujer o como un ser híbrido entre águila y caballo. Por otra parte la Quimera ha inspirado el término quimérico que usa para hacer mención a cosas que se componen de varios elementos.